Espacio dedicado al disfrute de la estupidez del ser humano, de los sueños frustrados y demás parodias existenciales.

Wednesday, March 14, 2007

DETONADOR DE SUEÑOS





Son las 11 de la noche y no puedo dormir ya estoy con las luces apagadas y acostado, me fui a atender al policlínico, algo del almuerzo me ha caído mal quizás por el hecho de haber pasado tantos días sin almorzar, estuve muy tenso y deprimido en esta semana tal vez sea eso, la tensión y la depresión.

Hago esfuerzos desmesurados por dormir pero no puedo, en la cabeza me da vueltas un reportaje que llegué a ver en panorama mientras esperaba la consulta, se trataba sobre que había pasado con muchos músicos de la década del 80, la mayoría muertos por las drogas, otros vivos pero en decadencia, viviendo su propia muerte día tras día, me he puesto a pensar como he de morir y creo que la respuesta es más que obvia, terminaré consumido por el cigarrillo, cierro los ojos y trato de imaginar ese momento, de pronto un ruido, es el teléfono y había programado la alarma a las 5:50….¿Que raro? Pensé, al ver la hora era efectivamente la hora en mención, estaba tan cansado que no me di cuenta en que momento me dormí y menos pude soñar.

Ver el despertador me desanimó así que decidí dormir 5 minutos más, nuevamente cierro los ojos y luego los abro para ver con sorpresa que eran las 6:30 de la mañana ya era muy tarde así que atiné a remplazar mi ducha matutina por un simple remojón frío, salgo lo más rápido posible de mi habitación para caminar por ese solitario y largo pasillo que me da la bienvenida en cada mañana, en mi mente voy cantando tristemente el estribillo de una canción de Silvio que dice “ Y como pasa el tiempo que de pronto son años”, si, como pasa el tiempo a veces lento, a veces muy rápido pero nunca camina a mi ritmo.

Que mal me siento, creo que por fin sucedió, he perdido la funcionabilidad del cuerpo, he perdido todo tipo de reflejo, me siento un autómata y creo que por fin he perdido la razón; pareciera que floto mientras me dirijo al comedor, ya no siento nada, no siento mis piernas ni mis manos, apenas puedo sostener mi cigarro y exhalar el humo de mis pulmones tal vez sería más rápido si se quedara ahí adentro y así aceleraríamos el proceso.

Al entrar al comedor veo las mismas caras de siempre, el mismo olor que me inspira descontento y la misma rutina de pasar el fotocheck, en ese instante aparece una luz roja en la banda magnética, una camarera me dice “Inge, su fotocheck ha caducado”, mi asombro fue muy grande ya que supuestamente había pasado mi segundo examen médico y dependo de esto para poder activar el fotocheck, es así que decido desayunar bilis y seguir en lo mío.

Me siento en la mesa y solo puedo tomar algo parecido a un jugo de naranja que a mi me pareció más cercano a un “agua de panca”, definitivamente no estoy de suerte y comienzo a pensar que si no es el cigarro lo que me va a matar entonces será el corazón, o la deliciosa comida que me da Sodexho día a día, que buena mierda; decido salir del comedor y emprender el viaje de subida a la oficina.

El día es frío y lleno de granizo, a lo lejos puedo divisar un carancho, a dos metros una gaviota y a treinta centímetros la puerta de la oficina, es un día más y aunque trate de divertirme con las ocurrencias y las conversaciones de Carlos nada puede opacar este triste pesar que siento por estar lejos de mi centro, de lo mío, de los míos.

Me he sentado en mi escritorio, la oficina es más parecida a un congelador gigante, acabo de ordenar mis reportes y no puedo imaginar el momento en el cual esté más libre para poder descargar la ira que siento, siendo las 3 de la tarde decido entregarme a la eterna tertulia que me brinda mi única compañera en la mina, la computadora.

Me he puesto a escribir esto sin darme cuenta que siempre termino en lo mismo, sin ánimos, sin ilusión, sin tener un algo que me rescate, solo hago la misma retrospectiva insípida de lo que es o de lo que debería de ser mi vida, al menos no he perdido la capacidad de soñar, es ahora donde puedo volar y entregarme al infinito imaginario de una mala novela que me hace sentir como en casa.

Siempre es así, no he encontrado una estabilidad emocional desde hace mucho, pareciera que si algo marcha muy bien entonces algo debe andar mal, es como cuando uno dice que si los niños están callados es por que algo no está en su sitio, digamos que conmigo pasa lo mismo, me he vuelto un depresivo compulsivo, un remedo de vida, una mofa de mi mismo, he volcado mis recuerdos a unos años atrás y que puedo ver, simplemente un revolucionario de papel, un ente que trata de cambiar el mundo que lo rodea solo con correos y pensamientos ilógicos de una vida mejor.

Es que busco siempre estar deprimido, siempre salgo con la excusa del ideólogo adicto a los antidepresivos “es que me hace escribir mejor”, pero de que me sirve, al final de los finales me estoy destruyendo en una batalla sin principio ni fin, un conflicto que me trae de los pelos o que me tiene solo, más solo que un mendigo en las calles de un barracón sucio y mal oliente, mi vida trascurre en el urinario gigantesco en el que me encuentro.

Un ser social? Que es eso, no puedo imaginarme que significa la palabra “social”, estoy harto de lo mismo de siempre, aún no me hallo y no he encontrado que es lo que me motiva, no hay una palabra exacta para describir en que me he convertido pero puedo asegurar que es en lo que más he odiado.

He recordado la mañana, y recuerdo lo que vi en el espejo, había otra persona del lado equivocado, solo me he convertido en un reflejo, “yo no me recuerdo así” exclamé con gran indignación, me encuentro algo desgarbado, maltratado y desnutrido, veo mis brazos y puedo darme cuenta que es solo la consecuencia de mis actos, de un adicto al dolor y la depresión, “antes tenía algo de carne ahora soy solo hueso y pellejo”.

He sacrificado muchas cosas por pensar un mundo mejor, he dejado de reconocer mi propio yo, me siento absorbido por una personalidad fingida y una careta de momentos divertidos, ya no creo en nada nisiquiera en mi mismo y menos en el amor, he perdido la ilusión y las ganas de imaginar que en algún lugar se encuentra lo que tanto he buscado y eso me mata.

Estoy varado en la nada, he gritado auxilio tantas veces ha sido posible pero no hay barcos en el perímetro que reina Morfeo, insisto en que no hay palabras para describir esta agonía y creo que eso mismo que tanto he buscado es lo que está acabando conmigo, no me refiero a la razón, me refiero al viaje eterno y no hay que ser sabio para entenderlo.

Me he cansado de escribir y he buscado un buen inicio para empezar mi final, aún no lo encuentro, se que a nadie le interesa lo que tenga o pueda decir pero mientras haya alguien que lo tome en cuenta no me molesta seguir perdiendo mi tiempo en algo tan banal y es que no me parece complicado perderme en imaginar felicidad, imaginar, solo eso puedo hacer, mi vida es imaginaria, es una fábula con moraleja incluida del que se debe hacer y que no, eso es mi combustible, la eterna fascinación de prueba y error al que tanto tiempo me he tenido sometido, sin escape, sin final pensando que siempre “en este film, los buenos mueren”.

He salido a fumar un cigarrillo y al ver mis manos puedo ver que están moradas de frío, no he dejado de tiritar, creo que mi alma huyó mientras pudo y nunca dijo que regresará, es verdad, el cigarro me va a matar pero dentro de todo es lo único que puede darme tranquilidad en estos momentos dubitativos donde no encuentro la satisfacción que siempre soñé, el cielo ahora está apagado y ya es de noche, debo regresar a lo mío.

Soledad, compañera de muchas noches ¿Por qué hoy me has abandonado? Es que la soledad tiende a deprimirse cuando está a mi lado, ella ha conseguido un compañero más que día a día lo veo venir son una sonrisa que me inspira desconfianza, se llama olvido pero no es muy sano, muchas veces he tomado unas copas con él, lo conozco muy bien de mis días de heridas en el pecho y cuerdas rotas, no es fácil lidiar con él pero ella sabrá a quien elegir en estos días, se que no seré muy bien venido a la mesa de su casa.

La luna brilla después de un día tormentoso, quizás algo me quiere decir, la veo por la ventana, hace un momento estaba el cielo lleno de nubes, tal vez quiera decirme que mi camino es ese…..alejarme de la compañía, convertirme en un ermitaño o tal vez que después de la tormenta viene la calma, aún no lo se pero ya emprendí el viaje de regreso a mi habitación.

He llegado el olor a desinfectante de baño se siente en toda la habitación, me siento invadido por esa pestilencia tan extraña, he abierto el caño y me voy a afeitar, el agua es muy tóxica y debo evitar tomarla aunque a veces me ofrezca un sorbo de ella, me he vuelto a ver y en el espejo diviso nuevamente ese rostro tan extraño, sin vida, sin emoción, creo que mi corazón ya no lo resiste, he destruido a la otra persona solo veo un ser sin vida, solo veo a un detonador de sueños.