OTRA VEZ ANDRES?

Realmente ya no se cuando empezó, pensé que fue aquella vez cuando estaba en el colegio, en aquella fiesta.

Veo su sombra en cada esquina, es verdad, el detonador de sueños me sigue, no hay forma de desprenderse de el, cada vez es más infame y va mejorando el artilugio con el cual me invita a cometer errores, me siento unido a el y va tomando formas más sutiles de engañar mi poca cordura.

Hoy he despertado en mi cama pensando en el día anterior o más bien en la madrugada anterior, una vez más ese sentimiento de boca reseca de tanta sal y hiel, pero he descubierto que puedo superarlo con un poco de tiempo.

Las cosas se ven ordenadas, ¿Dónde estoy? Me pregunto, algo de bueno hay, es mi casa, mi hogar, acá nada puede salir mal pero tampoco bien, es como si el destino me hubiera jugado una broma macabra por algo que se pudo evitar, no hay que lamentarse por lo que se hizo, pienso, pero si por las constantes arremetidas de estupidez humana a las que suelo estar afecto.

Hay, hay, hay, creo que va siendo hora de dejar todo de lado, he flaqueado y roto una de mis premisas más grandes, me he decepcionado a mi mismo, que dilema, pensé que no pasaría nuevamente, son cosas que suceden cuando menos las esperas o cuando más seguro de mi me sentía, pero ya no importa realmente, me he dado cuenta que las edades tienen el tiempo contado.

Como dije en algún momento, mi vida es una travesura de niños, cuando más tranquila está la casa es por que algo malo está sucediendo, la tranquilidad ya no es algo relajante es algo más bien espeluznante.

Engañado por una sonrisa, puede ser, con el corazón roto, no, creo que soy inmune a ese veneno, las cosas ya están y aunque me guste la tragicomedia muchas cosas pueden salir bien, sin embargo creo nuevamente que soy un juego o “un trofeito” algo así como un….juguete al cual le van arrancando las piernas y los brazos hasta decapitarlo.

Tengo esa amargura en los labios, esa resequedad en la garganta, esa inconformidad de tener todo a medias, tengo otra vez esa cuerda rota, tengo nuevamente una muñeca que regala besos.

Una vez más lo veo y está parado en la esquina arremetió contra mi cuando estaba desprevenido, no lo vi venir, espero que no termine por consumirme como fue en tantas ocasiones, espero, solo espero, pero no quiero que me vuelva a engañar el mismo infame, el mismo ciego, el mismo detonador de sueños.