VERDADES, MIEDOS Y SOLEDADES

Hoy es viernes, segundo día de mi cuarta subida a la mina, escucho canción del elegido de Silvio y es gracioso hasta cierto instante todo lo que sucede, siento que es mi historia aunque no lo sea, pero es que siempre la pido prestada.
Leo un libro, el cual me habían recomendado por diferentes razones desde hace ya mucho y recién entiendo, pareciera que mi imaginario colectivo y personal hubiera calado en el escritor que dicho sea de paso, este libro, pareciera un remedo nada fantasioso de mi vida cotidiana.
Si, es gracioso, es gracioso ver como dos historias diferentes terminan por encontrarse con la misma conclusión, un estúpido ensimismado por sus ideas, manías locas y obsesión por entender la soledad, ¿Será que el mundo ha puesto a esta especie, mi especie, en extinción absoluta?, parece ser verdad, no hay nadie aún, no lo hay y es verdad, no pierdo el sueño por entenderlo.
Han pasado solo dos días y ya parece una eternidad, el frío y la lluvia caen sobre mi cara desnuda y llena de inconformidad, el dilema social y moral siempre me acompaña desde inicios de la vida misma, nunca hay una respuesta correcta, “siempre estas equivocado” solían decir y es que no entienden la razón.
Dilemas y más dilemas, hay muchas cosas que afrontar pero me siento infectado por todo eso que siempre odié, toda sarna social que combatía ahora inunda mi espalda mugrienta y embarrada de hipocresía, si, dije que soy un hipócrita y es que siento que acá lo soy, soy un títere movido por los hilos de la opresión disimulada por rizas y abrazos vacíos.
“Jose, nunca se donde estas parado”, es una frase que solía repetir mi madre al ver mis intentos truncos por hacer que las personas despierten del vacio letargo en que se encuentran, ha pasado tanto tiempo, tantos años, tantos sueños, que ya no se si es verdad todo lo que dicen de la luna y es que a veces la veo tan vacía que a mi mismo me cuesta pensar que simplemente está ahí noche tras noche tratando de ganar la eterna batalla que tiene con el sol.
Hoy sentí la espina en la llaga infectada, es verdad, los dilemas que mencioné antes se han hecho mas y mas fuertes y es que me sentí preso nuevamente, estaba entre dos posiciones la primera, decir la verdad de todo y cumplir con mis ideas, la segunda, ser simplemente un observador presa del pánico profesional, nunca fui así y aun no pierdo las esperanzas de despertar a la masa.
Sin embargo, he tenido debilidades, si, esas de no tener lo que suntuariamente llamamos realización personal, pasé por frío y hambre es por eso que decidí luchar de la manera más hipócrita, una vez más soy como esa bomba de tiempo que está escondida debajo del escritorio a sabiendas que todo se puede acabar con una simple desición.
Final feliz para algunos, para el humilde y complaciente obrero hay un nuevo camino por recorrer en otras pistas, en otras “cochas”, para el señor de la mina simplemente una bolsa negra donde lleva sus millones y su dignidad, es un mundo plagado por insensibles, pero la pregunta es ¿Dónde quedo yo?, pues en el limbo, es decir, el vengador anónimo o el justiciero enmascarado, tendríamos que ver en que se degenera mi rostro ahora.
Me siento invisible, y tengo razón en decirlo, tengo tantas cosas en la cabeza que aún me interrumpo para escribir, para hablar, hay veces que la moral no tiene nada que ver con la razón, pienso, siempre pienso en muchas cosas, algunas que puedo dibujar y otras que no me atrevo a decir, que tal vez nunca diré y moriré como el necio….¡yo me muero como viví….como viví!, ¿será que la necedad parió conmigo? o es simplemente la necedad de lo que hoy resulta necio, la necedad de asumir al enemigo o en todo caso la necedad de vivir sin tener precio.
Tranquilidad, aparente tranquilidad la que demuestro, pero como dije, soy un cobarde por el hecho de guardarlo todo y comerme la rabia, mis pensamientos, mis sentimientos, mis ilusiones, será tal vez que es un reflejo involuntario para proteger mi vulnerabilidad, quiero ser parte del libro, de la canción y tomando parte de la canción en mención solo puedo decir no voy a hablarles de un hombre común sino que es la historia de un ser de otro mundo de un animal de galaxias, es una historia que tiene que ver con el curso de la vía Láctea, es una historia enterrada, es sobre un ser de la nada.
Quise contar lo sucedido pero al final me veo involucrado en algo que no tiene pies ni cabeza, siempre termino divagando con mis sueños, con mi ansiedad, no hay coherencia en lo que escribo y menos en lo que siento, me quedaré con esa cajetilla de cigarros, si, esa manía que tengo de quedarme con las cajitas vacías solo para recordar un momento o un sufrimiento, siempre me las quedo, que fea manía, pero al fin y al cabo es lo que me hace más humano.
Ya es tarde acá en la mina, doce y cuarto de la noche no le hacen bien a cualquier cuerdo medio loco, oigo algo afuera, es un ruido como uñas de perro en el techo, salgo a ver y veo bailar el piso, es solo el granizo, si, se mueve y rebota pero es tan frío como yo; luego la calma y todo a la normalidad, hoy no es día de leer, me siento calmo pero es porque soy como la calma antes de la tormenta que va a desatar toda esta tempestad.
Leo un libro, el cual me habían recomendado por diferentes razones desde hace ya mucho y recién entiendo, pareciera que mi imaginario colectivo y personal hubiera calado en el escritor que dicho sea de paso, este libro, pareciera un remedo nada fantasioso de mi vida cotidiana.
Si, es gracioso, es gracioso ver como dos historias diferentes terminan por encontrarse con la misma conclusión, un estúpido ensimismado por sus ideas, manías locas y obsesión por entender la soledad, ¿Será que el mundo ha puesto a esta especie, mi especie, en extinción absoluta?, parece ser verdad, no hay nadie aún, no lo hay y es verdad, no pierdo el sueño por entenderlo.
Han pasado solo dos días y ya parece una eternidad, el frío y la lluvia caen sobre mi cara desnuda y llena de inconformidad, el dilema social y moral siempre me acompaña desde inicios de la vida misma, nunca hay una respuesta correcta, “siempre estas equivocado” solían decir y es que no entienden la razón.
Dilemas y más dilemas, hay muchas cosas que afrontar pero me siento infectado por todo eso que siempre odié, toda sarna social que combatía ahora inunda mi espalda mugrienta y embarrada de hipocresía, si, dije que soy un hipócrita y es que siento que acá lo soy, soy un títere movido por los hilos de la opresión disimulada por rizas y abrazos vacíos.
“Jose, nunca se donde estas parado”, es una frase que solía repetir mi madre al ver mis intentos truncos por hacer que las personas despierten del vacio letargo en que se encuentran, ha pasado tanto tiempo, tantos años, tantos sueños, que ya no se si es verdad todo lo que dicen de la luna y es que a veces la veo tan vacía que a mi mismo me cuesta pensar que simplemente está ahí noche tras noche tratando de ganar la eterna batalla que tiene con el sol.
Hoy sentí la espina en la llaga infectada, es verdad, los dilemas que mencioné antes se han hecho mas y mas fuertes y es que me sentí preso nuevamente, estaba entre dos posiciones la primera, decir la verdad de todo y cumplir con mis ideas, la segunda, ser simplemente un observador presa del pánico profesional, nunca fui así y aun no pierdo las esperanzas de despertar a la masa.
Sin embargo, he tenido debilidades, si, esas de no tener lo que suntuariamente llamamos realización personal, pasé por frío y hambre es por eso que decidí luchar de la manera más hipócrita, una vez más soy como esa bomba de tiempo que está escondida debajo del escritorio a sabiendas que todo se puede acabar con una simple desición.
Final feliz para algunos, para el humilde y complaciente obrero hay un nuevo camino por recorrer en otras pistas, en otras “cochas”, para el señor de la mina simplemente una bolsa negra donde lleva sus millones y su dignidad, es un mundo plagado por insensibles, pero la pregunta es ¿Dónde quedo yo?, pues en el limbo, es decir, el vengador anónimo o el justiciero enmascarado, tendríamos que ver en que se degenera mi rostro ahora.
Me siento invisible, y tengo razón en decirlo, tengo tantas cosas en la cabeza que aún me interrumpo para escribir, para hablar, hay veces que la moral no tiene nada que ver con la razón, pienso, siempre pienso en muchas cosas, algunas que puedo dibujar y otras que no me atrevo a decir, que tal vez nunca diré y moriré como el necio….¡yo me muero como viví….como viví!, ¿será que la necedad parió conmigo? o es simplemente la necedad de lo que hoy resulta necio, la necedad de asumir al enemigo o en todo caso la necedad de vivir sin tener precio.
Tranquilidad, aparente tranquilidad la que demuestro, pero como dije, soy un cobarde por el hecho de guardarlo todo y comerme la rabia, mis pensamientos, mis sentimientos, mis ilusiones, será tal vez que es un reflejo involuntario para proteger mi vulnerabilidad, quiero ser parte del libro, de la canción y tomando parte de la canción en mención solo puedo decir no voy a hablarles de un hombre común sino que es la historia de un ser de otro mundo de un animal de galaxias, es una historia que tiene que ver con el curso de la vía Láctea, es una historia enterrada, es sobre un ser de la nada.
Quise contar lo sucedido pero al final me veo involucrado en algo que no tiene pies ni cabeza, siempre termino divagando con mis sueños, con mi ansiedad, no hay coherencia en lo que escribo y menos en lo que siento, me quedaré con esa cajetilla de cigarros, si, esa manía que tengo de quedarme con las cajitas vacías solo para recordar un momento o un sufrimiento, siempre me las quedo, que fea manía, pero al fin y al cabo es lo que me hace más humano.
Ya es tarde acá en la mina, doce y cuarto de la noche no le hacen bien a cualquier cuerdo medio loco, oigo algo afuera, es un ruido como uñas de perro en el techo, salgo a ver y veo bailar el piso, es solo el granizo, si, se mueve y rebota pero es tan frío como yo; luego la calma y todo a la normalidad, hoy no es día de leer, me siento calmo pero es porque soy como la calma antes de la tormenta que va a desatar toda esta tempestad.
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